La vacunación, también conocida como «vacunar», es el proceso de administrar una vacuna a una persona para protegerla de una enfermedad concreta. Las vacunas funcionan estimulando el sistema inmunitario para que produzca anticuerpos específicos que protegerán al organismo de futuras infecciones. Con la creciente prevalencia de enfermedades prevenibles mediante vacunación en todo el mundo, la vacunación se ha convertido en un componente esencial de la salud pública.
Este artículo explorará en qué consiste vacunar, cómo funcionan las vacunas, los distintos tipos de vacunas y los beneficios de la vacunación.
¿Qué es la vacunación?
La vacunación es la administración de una vacuna a un individuo para protegerlo contra una infección concreta. La vacuna contiene una pequeña cantidad de un patógeno muerto o inactivo, o una parte del patógeno, que se utiliza para estimular al sistema inmunitario a producir los anticuerpos necesarios para combatir futuras infecciones.
La vacunación puede llevarse a cabo en diversos entornos, como consultas médicas, clínicas y centros de salud pública. Normalmente se administra con aguja y jeringuilla, pero algunas vacunas también pueden administrarse por vía oral o pulverizarse en la nariz o la piel.
¿Cómo funcionan las vacunas?
Las vacunas funcionan estimulando al sistema inmunitario para que produzca anticuerpos específicos que ayuden a proteger contra futuras infecciones. Cuando se administra la vacuna, el sistema inmunitario queda expuesto a una pequeña cantidad del patógeno muerto o inactivo o a una parte del patógeno. Esto estimula la producción de proteínas concretas llamadas anticuerpos, que reconocerán al patógeno como un invasor extraño y lo atacarán cuando intente entrar en el organismo.
Tipos de vacunas
Hay varios tipos distintos de vacunas, cada una con sus propias ventajas e inconvenientes. Los tipos más comunes de vacunas son:
Vacunas vivas atenuadas
Estas vacunas contienen una versión viva pero debilitada del patógeno. Algunos ejemplos son las vacunas del sarampión, la parotiditis, la rubéola y la varicela. Las vacunas vivas atenuadas provocan una respuesta inmunitaria más fuerte, por lo que suelen administrarse una o dos veces en la vida de una persona.
Vacunas inactivadas
Las vacunas inactivadas se fabrican a partir de una forma muerta o inactivada del patógeno. Algunos ejemplos son la vacuna contra la polio, la hepatitis A y muchas vacunas contra la gripe. Las vacunas inactivadas suelen requerir varias dosis para producir una inmunidad adecuada.
Vacunas toxoides
Las vacunas toxoides contienen una pequeña cantidad de la toxina producida por el patógeno. Algunos ejemplos son las vacunas contra la difteria y el tétanos. Las vacunas de toxoides provocan una respuesta inmunitaria fuerte, incluso en personas a las que no se les ha administrado durante mucho tiempo.
Vacunas de subunidades, recombinantes, polisacáridas y conjugadas
Estas vacunas contienen sólo una parte específica del patógeno, como una proteína, un azúcar o ADN. Algunos ejemplos son las vacunas del virus del papiloma humano y de la hepatitis B. Las vacunas de subunidades, recombinantes, polisacáridas y conjugadas tienen menos probabilidades de causar efectos secundarios que las vacunas vivas atenuadas e inactivadas.
Beneficios de la vacunación
La vacunación tiene numerosos beneficios, entre ellos:
Prevención de enfermedades
Las vacunas son una de las herramientas más eficaces para prevenir enfermedades. Vacunar a una persona no sólo le protege de contraer la enfermedad, sino que también protege a las personas que le rodean, incluidas las que no pueden ser vacunadas debido a ciertas afecciones médicas o a su edad.
Ceilingar la propagación de la enfermedad
Las vacunas ayudan a prevenir la propagación de la enfermedad por toda la comunidad. Esto se conoce como «inmunidad de grupo», y se produce cuando una proporción suficiente de la comunidad es inmune a una enfermedad, ya sea mediante la vacunación o por una infección previa, lo que hace menos probable que la enfermedad se propague.
Reducir los costes sanitarios
Las vacunas también pueden ayudar a reducir los costes sanitarios. Al prevenir las enfermedades, las vacunas pueden reducir el número de visitas al médico, hospitalizaciones y recetas.
Conclusión
La vacunación, o «vacunar», es el proceso de administrar una vacuna a una persona para protegerla de una infección concreta. Las vacunas funcionan estimulando al sistema inmunitario para que produzca anticuerpos específicos que protegerán al organismo de futuras infecciones. Existen varios tipos de vacunas, cada una con sus propias ventajas e inconvenientes. Los beneficios de la vacunación incluyen la prevención de enfermedades, la reducción de la propagación de enfermedades y la reducción de los costes sanitarios. Con la creciente prevalencia de enfermedades prevenibles mediante vacunación en todo el mundo, la vacunación es un componente esencial de la salud pública.













